miércoles, 29 de septiembre de 2010

Un plan a corto plazo


El Basketball uruguayo ha tenido un crecimiento muy importante en los últimos tiempos, y con esto, casi que como un fenómeno natural, el aumento de la pasión por el mismo. Esa palabra tan dificil de explicar hace que todo se reduzca al objetivo único, ganar, conseguir resultados. Hoy por hoy, si el equipo sale victorioso, las personas son honestas, trabajadoras, esforzadas, luchadoras, sensatas, y todos los adjetivos positivos posibles. Sin embargo, cuando la cosa viene mal, hay que cambiar, no mejorar, sino cambiar, porque a ese que elegimos para que sea la cabeza de un grupo y un proyecto, ya no sirve de nada. Y esto, es algo que se viene fomentando desde los propios dirigentes, que a la primera negativa optan por sacar de encima a quienes ellos mismos asignaron para llevar a su institución a conseguir el objetivo. Lamentablemente, hoy por hoy, ya los mismos actores cansados del medio al que pertenecen, se adaptan y entran en ese vértigo nefasto y son quienes dan un paso al costado. En todos los órdenes de la vida es más fácil conformarse que intentar mejorar.

En una liga de basketball que demora 8 meses, es inconcebible que en apenas 1 de disputada, ya se hayan ido 3 técnicos. Marceo Sista en Olimpia, Gustavo Sande en Cader y Alejandro Gonzalez en Union Atlética. El primero de estos, llegó a un equipo totalmente desarmado en comparación con el torneo anterior, sin Pablo Rak y Newsome y con un extranjero que claramente no está a la altura de las circunstancias como es Dilligard, sin embargo, la primera cabeza que rodó fue la del entrenador. Sande, se encontró con un equipo que si bien tiene la ventaja de las 3 fichas extranjeras por ser del interior, se enfrentó con la realidad de que para jugar se necesitan 5 jugadores en cancha, y en Rocha ya no vive Galindo, el foráneo que deslumbró en la Liga pasada. No se puede pretender que un equipo gane solo con 3 hombres, de los cuales, solo uno hace la diferencia. Y en Unión Atlética, se da un fenómeno muy especial, el equipo que en el torneo anterior cumplió un rol destacadísimo, llegando a semi finales, teniendo, en mi punto de vista, el mejor jugador uruguayo, Gustavo Barrera, más el aporte de Sebastián Vasquez, Juan Pablo Silveira, Rodrigo Riera (hoy figura en Aguada) y un amplio número de sub 23, pasó a tener a un equipo Bertolini dependiente, con extranjeros de media asta, y un plantel acortado hasta en los juveniles. En definitiva, quienes no cumplen con su responsabilidad, son los dirigentes, encargados de armar el plan para el nuevo campeonato, quienes se equivocan, son los que pretenden hacer magia y ganar en base a la frase de Alberto Sonsol, "solo porque es deporte". Pero, la suerte no levanta copas y quienes toman las malas decisiones son los únicos que tienen revancha.


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