miércoles, 23 de junio de 2010

AHORA SI


Después de mucho esperar una alegría de nuestra selección, el momento llegó. Me cansé de frustrarme durante mucho tiempo por la irregularidad y la falta de "estilo" que tuvimos durante toda la eliminatoria. No se sabía si era un equipo ofensivo, defensivo, que jugaba por las bandas, por adentro, si lo que faltaba era el "diez" (como si esto fuera sinónimo de buen juego o de conexión entre jugadores), etc. Todo eso no hizo más que sembrar dudas y cosechar apenas una clasificación con lo justo, en último momento y "como antes, como siempre" (leer entradas anteriores).

En donde nunca imaginamos, pero siempre soñamos, en el Mundial, aparecieron los pedidos de tantos uruguayos. Si bien hay que tener cautela y no precipitarnos demasiado con sueños posibles pero difíciles, hay que tener en cuenta que de no clasificar a tres de las últimas seis Copas del Mundo, pasamos a ser protagonistas y líderes de un grupo realmente adverso y marcando la identidad, para mi, perdida. Por ahí no es el manual que a todos le gusta, pero lo importante es tenerlo, leerlo, respetarlo, y hacerlo valer. Y creo que en ese sentido, no hay margen de dudas, Uruguay está teniendo un estilo propio.

Los incondicionales dirán que me estoy subiendo a la "ola del éxito" cuando supe estar en la vereda de enfrente. Entiendo los dichos, pero remarco, que siempre pedí las "cartas sobre la mesa". La obsesión de convertirme en periodista me lleva a preguntar, ¿qué?, ¿cómo?, ¿por qué?, ¿dónde?, ¿quién? y ¿cuándo? permanentemente, ergo, cuando no me lo responden, lo tomo como una ausencia de argumentos, y eso, quizás por la misma razon, creo que pierde validéz.

Sin embargo, ahora si me lo está contestando. Y nobleza obliga, gracias.

sábado, 12 de junio de 2010

El grito contenido


Pasaron ocho años de espera, sacrificio, sufrimiento, estados emocionales contradictorios y mucha ilusión, pero el momento llegó. Llegó el Mundial, llegó el debut de nuestra selección, llegó el proceso del "Maestro" Tabárez a su objetivo, lo que nunca llegó fue el tan ansiado grito de gol.

El partido comenzó siendo un manual del estilo de juego "neomundialista". Estudiarse sin arriesgar demasiado y cuidar el ridículo es "moneda corriente" en el fútbol de hoy en día. De todos modos, hay que destacar la digna actuación frente a un equipo con grandes jugadores, que en un campeonato vertiginoso y sin margen de error como este, las chances siguen intactas. Y esto, tomando como referencia las últimas participaciones, no es poca cosa.

Todo el país unido esperando sacar ese "mounstro" que llevamos dentro por tantos años, todos reunidos deseando que la pelota se conectara con la red y asi poder volver a homogenizar el país en una sola expresión, el grito contenido, el grito de gol. Se hizo esperar, pero, acá, por estas latitudes, "la esperanza" no es un recurso al que apelamos a veces, sino que es una característica. Así que no intenten desmotivarnos, ya va a venir, ya va a venir...

lunes, 7 de junio de 2010

Todos seremos uno


Se acerca el momento más esperado para todos los futboleros. Para los que no nos importa quien juegue, sino que simplemente lo haga, es el regalo más lindo, porque de pasar de ver un partido de la liga más lejana a este fenómeno, es como el premio a la perseverancia. Para aquellos que disfrutan de determinados equipos, determinados jugadores, se les brinda la posibilidad de tenerlos a todos en acción, pero en circunstancias dispares, inclusive a algunos sin grandes estrellas al lado ( como lo hacen durante el año en sus equipos ), pero lo más importante, defendiendo a un País. Y a esos que simplemente nos acompañan en el viaje que hacemos alrededor de la redonda por un rato, éste es uno de los boletos más tentadores del mercado.

La Copa del Mundo, sin dudas, es el punto de encuentro de millones de seres humanos. Los primeros en fusionarse son los más allegados, que intentan reunirse para compartir esta pasión indescriptible. Luego, el barrio, el compañero de trabajo y todo el entorno secundario pasa a tener un solo hilo de conversación. De ahí se salta a un plano mucho más amplio e importante; una bandera. El país entero detrás de un color, 90 minutos de tensión y la desesperación por poder largar desde el más profundo de los sentimientos el gran denominador común; el grito de gol.

Cientos de millones de personas detrás de lo mismo, cosas que solo el fútbol puede hacer. Ni el más absurdo de los soñadores podría imaginar una fusión semejante. Cuantas cosas se podrían lograr si se repitiera esta homogeneidad en tópicos de solidaridad. Sin embargo, la única que entiende el por que de este milagro, es la más codiciada de las silenciosas, la pelota.